Este protocolo pretende facilitar la evaluación de la calidad de la madera en pie y los posibles destinos industriales de las principales especies de planifolios de alto valor, especialmente, roble, fresno, arce, cerezo y castaño, si bien es aplicable a otras especies (p. ej. serbal, peral, nogal). Se trata de una herramienta que permite evaluar rápidamente el potencial de un árbol en diferentes fases vitales para generar madera de calidad. Se pretende así facilitar la integración de criterios de selvicultura de árbol individual y el diseño de las intervenciones más adecuadas para generar productos madereros de alto valor añadido.